El plazo de finalización de las obras expiró el año pasado, en marzo de 2017, después de haber agotado el urbanizador los 2 años de prórroga previstos en el convenio más los 4 años de suspensión del programa previstos en la legislación urbanística, debido a la imposibilidad de la ejecución de las obras por la crisis económica e inmobiliaria.
El Alcalde ha indicado que en estos momentos en los que la economía se está reactivando, comienza a ser noticia en la provincia de Alicante el reinicio o continuación de algunos programas de urbanización y de edificación, que quedaron paralizados por la crisis y que eso es lo que puede estar pasando con el R-10, ya que unas semanas antes de la comunicación de inicio de obras por la Agrupación de Interés Urbanístico de El Pinar, el SAREB, el banco público inmobiliario dependiente del Estado para gestionar los suelos rescatados a los bancos durante la crisis y que es propietario en el R-10 de la mayoría de parcelas, solicitó por escrito la necesidad de agilizar la continuidad de las obras una vez que se había agotado ya el plazo de suspensión del sector por parte del urbanizador, proponiendo la resolución del programa del urbanizador para que el Ayuntamiento se hiciese cargo de la ejecución de las obras.
El Alcalde ha informado que hay también dos propietarios de parcelas comerciales que van a solicitar dos licencias para edificaciones. Esta situación está en estudio por los servicios jurídicos de la Secretaría General y el área de Urbanismo y cuando estén terminados, el Alcalde ha indicado que convocará una comisión de urbanismo para dar cuenta de ellos y decidir en su caso el camino a seguir por el Ayuntamiento.
El Presidente de la Agrupación de Interés Urbanístico, D. Ramón Salvador, se entrevistó en el Ayuntamiento con el Alcalde y los técnicos jurídicos para comunicar personalmente su voluntad de reinicio de las obras y para avisar del inminente burofax que iba a llegar al Ayuntamiento.
El Alcalde ha terminado valorando positivamente la nueva situación, independientemente de la complejidad y dificultad de gestión que hay, puesto que se ha pasado de una situación de bloqueo y de parálisis de la urbanización y de la construcción, a otra en la que vuelve el interés por terminar las obras y por edificar en las parcelas.