La mayor parte se ha centrado en la zona más baja del yacimiento, objeto de excavaciones en los años 1970 por Alfredo González Prats y que forma parte de uno de los barrios meridionales de la ciudad protohistórica y que tenía problemas de acceso debido a procesos erosivos. Se ha recuperado un interesante conjunto de viviendas asociadas a un lienzo de la muralla , que será objeto de consolidación previstos para octubre-diciembre del presente año.
El estudio realizado con la técnica del georradar ha permitido identificar restos de antiguas viviendas , pero muy mal conservadas debido a que esta zona sirvió como bancales de cultivo en época contemporánea que ha arrasado las viviendas. No obstante, se han identificado muros de viviendas que denotan la importancia del asentamiento en un barrio que podía estar articulado en torno a dos ejes de circulación.
Gracias a estas actuaciones se ha podido recuperar el antiguo camino que atravesaba el yacimiento con la colaboración de los trabajadores destinados a medio ambiente dentro del mismo Plan de Empleo.
También se han realizado intervenciones en la zona donde se descubrieron 400 moldes de fundición de armas y herramientas del Bronce Final, retomando uno de los cortes de la década de 1980. La importancia de la excavación de 2017 se debe al descubrimiento del cierre de una casa del Bronce Final, bautizada como “Casa de los telares” por la probabilidad de actividad textil en su interior.
Muy importante también es la excavación de una zona de basurero anterior a la vivienda donde se han hallado restos de fundición de metalurgia de bronce, un pasador de marfil con tres perforaciones para la elaboración de collares y un fragmento de cuenco con decorado inciso.
Loreto Mallol, concejal de Cultura, muestra su satisfacción por la importancia, cada vez mayor que está adquiriendo este yacimiento .
Las excavaciones van a proseguir por parte de la Universidad de Alicante y la subvención del Ayuntamiento.