Los supuestos inspectores que van a revisar las instalaciones del gas, muestran a los vecinos un papel con el sello del Ayuntamiento, dando a entender que tienen autorización del consistorio crevillentino. El concejal de Seguridad Manuel Moya indica que es falso que tengan permiso del Ayuntamiento y se valen de un escrito que han registrado en el Ayuntamiento para crear tal confusión. El problema surge cuando ese personal, vestido con monos de trabajo oficiales y acreditados al parecer de manera correcta, se persona en las viviendas para revisar la instalación del butano y la cocina sin que sus propietarios hayan solicitado tal revisión.
Una vez dentro de la vivienda, no cometen a priori ninguna actividad ilegal; lo irregular de su comportamiento radica en los métodos y las prisas que imponen a sus clientes para que sustituyan cualquier anomalía que ellos dicen haber detectado en la instalación.
Informa que la revisión de las conducciones del gas butano es a petición del usuario y en ningún caso es obligatorio hacerlo con el primero que se presenta en casa.
Moya explicaba que no hay que dejar entrar en las viviendas a quien se presente como inspector si no ha habido una comunicación previa, ya que cualquier distribuidor habilitado por la Consejería de Industria de la comunidad debe comunicar a los usuarios, con una antelación mínima de cinco días, la fecha de la inspección. Esta comunicación funciona también como un modo de solicitar el acceso al domicilio. Si no es posible efectuar la inspección por ausencia del usuario, el distribuidor le notificará la fecha de una segunda visita.
En cualquier caso, la primera medida de seguridad es no permitir el acceso al domicilio a personas que se presenten como inspectores si no ha habido una comunicación previa y llamar a la Policía Local para una posible intervención.