La Semana Santa crevillentina tiene sus raíces en el siglo XVIII, siendo las primeras imágenes el Nazareno y la Virgen Dolorosa, a las que se unieron el Cristo Crucificado y Cristo Yacente. De las últimas investigaciones realizadas por Salvador Puig, se deduce que el primer templo cristiano y por tanto donde se celebraron las primeras procesiones y Encuentros entre Jesús y su Madre, fue en la antigua ermita de Santa Anastasia. Cuando se construyó el actual templo de Nuestra Señora de Belén, que se bendijo en 1829, se trasladaron las celebraciones pasionales a la actualmente denominada Plaza de la Constitución, añadiéndose dos lugares emblemáticos del Viernes Santo: el Calvario y la Morquera.
Un momento de gran esplendor de la Semana Mayor de Crevillent fue la segunda mitad del siglo XIX cuando se fundaron las primeras cofradías, como por ejemplo La Samaritana en 1865 y cuando se adquirieron las nuevas imágenes a Pérez Figueroa o Riudavets. Todo ello, supuso un gran cambio en la configuración de las procesiones. Los años 40 volvieron a ser una nueva edad de oro para la Semana Santa con la adquisición de obras de Mariano Benlliure, García Talens o Navas Parejo, quedando totalmente definida nuestra Semana de Pasión, que en 2012 fue declarada de Interés Turístico Internacional por el Gobierno de España.
Tras esta introducción, la concejal de Cultura Loreto Mallol explica, que el guión de actos de la Semana Santa de 1960 fue editado y financiado por la entonces denominada Caja de Ahorros y Socorros y Monte de Piedad Nuestra Señora de los Dolores, fundada en Crevillent en 1903 y que a lo largo de los años colaboró con la Semana Santa a través de su obra social.
Según Mallol, llama la atención que en la contraportada del programa se refleja información sobre el número de socios y los beneficios obtenidos en el anterior ejercicio económico.
El guión de actos comienza haciendo alusión al Pregón, celebrado en el Teatro Chapí, al mediodía del domingo, de la mano del abogado y escritor salmantino Lope Mateo.
Si se analizan sus páginas, prosigue Loreto Mallol, se puede observar algunos actos que han cambiado con el paso de los años. Así la mañana del Domingo de Ramos se iniciaba con la bendición de las palmas y misa, seguidos del Día de la Banda, con un selecto concierto de la “Unión Musical” y la interpretación de la obra “La Alsaciana” por un grupo de teatro oriolano, teniendo lugar la procesión de la Entrada de Jesús en Jerusalén el domingo por la tarde, iniciando su recorrido desde el final de la calle Santísima Trinidad.
La tradicional Salida de la Convocatoria, acompañada por la Banda de Clarines y Tambores del Patronato, tenía lugar el Lunes Santo por la tarde.
El Jueves Santo, también presentaba diferencias respecto al actual, quedando configurado de la siguiente forma: solemne Misa del lavatorio de los pies “a doce pobres de la localidad” y a continuación, procesión claustral en la que participaban, además de las autoridades religiosas, las civiles, la Mayordomía del Santísimo y la Adoración Nocturna, finalizando el acto con el Christus Factus, del maestro Ruiz Gasch, interpretado por Coral Crevillentina. También el Jueves Santo, desde el templo de Nuestra Señora de Belén, partía la Procesión del Silencio, con las imágenes de El Descendimiento y la Virgen de las Angustias.
El Sábado Santo por la tarde, en el Teatro Chapí, tuvo lugar un concierto sacro a cargo de Coral Armónica Alcoyana y Coral Crevillentina, comenzando a las 10 de la noche la Procesión del Entierro con la participación de las cofradías del Santo Sepulcro, San Juan y La Soledad.
El Domingo de Pascua también ha sufrido numerosos cambios y tras la procesión del Encuentro entre Cristo Resucitado y su Madre, daba comienzo el Gran Festival Artístico-Literario, con la participación de poetas nacionales y locales, seguido de un concurso local de habaneras.
Y como colofón de la Semana Mayor, la noche del Domingo y el Lunes de Pascua, en la anteriormente denominada Plaza de los Mártires tenía lugar una Gran Verbena amenizada por una orquesta. Para el final de fiesta el programa recoge textualmente la siguiente frase “finalizando a las 12,30h con una monumental y potente traca con palmeras y bomba”.
Loreto Mallol finaliza su intervención agradeciendo a la Archivera Municipal la selección de este documento, en el que se pone de manifiesto que aunque son muchos los cambios habidos, desde entonces, hasta la Semana Santa del siglo XXI, se siguen conservando las tradiciones y la esencia de la que se ha convertido en una de la mayores muestras de identidad crevillentina.