Esta artista catalana con una gran trayectoria profesional, ha realizando multitud de exposiciones en diversos lugares, desde Perú, Japón, Nueva York, Argentina, Méjico y España. Ha participado en un total de 36 exposiciones individuales y 83 colectivas y ahora en Crevillent presenta una muestra dedicada al poeta Miguel Hernández.
En su obra expuesta en la Casa Municipal de Cultura “José Candela Lledó”, se puede contemplar una gran madurez, pudiéndolo comprobar en la serie que presenta para esta exposición llamada “Miguel, Luz y Sombra”, en la que desarrolla un recorrido por los poemas más relevantes del poeta oriolano Miguel Hernández, a través de diversos materiales plásticos, como pinturas, fotografías, papeles, bordados, esculturas y “collages”.
Las obras del escritor son transformadas en una instalación plástica con carácter extraordinariamente personal, realizando una simbiosis perfecta entre poesía y artes plásticas, que además ha quedado plasmado en el catálogo que se ha editado, recogiendo parte de la obra expuesta en esta muestra.
El agua y la tierra, son elementos constantes en la vida y obra de esta completa artista, siendo el agua uno de los principales protagonistas de su “existencia”.. En palabras de la propia artista: “ Dedico esta exposición a Miguel Hernández, que provocó en mí la necesidad de pintar su poesía, su naturaleza, su tierra, su vegetación, su vida eléctrica de Madrid, las heridas de la guerra, su sombra, su luz y lo más importante y necesario…el AMOR”.
Mª Dolores Mula, en esta exposición “Miguel, luz y sombra”, nos hace reflexionar sobre estos efectos inseparables, como bien dice Carl Jung, “Donde hay luz, debe haber sombra, y donde hay sombra debe haber luz. No existe sombra sin luz ni luz sin sombra.”. Efectivamente, lo que Mª Dolores Mula quiere plasmarnos de este poeta, son luces y sombras, en contraposición con lo conocido y lo desconocido, lo material y lo inmaterial, … nos da a conocer, a través de un arte multidimensional, las distintas vertientes de la existencia de este poeta, haciendo que la poesía y el arte, se armonicen de tal manera que salga a la luz su temperamento, sus sentimientos, su vida, en definitiva el ser y la existencia de este poeta, que inevitablemente impregnaron la obra hernandiana.